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¿Cómo nos preparamos para celebrar la Eucaristía?
Algunos errores pueden ser el llegar tarde o sumamente justos, hablar sin parar, estar distraídos con el móvil o cualquier otra cosa, mirando la belleza del templo o hablando con las personas que tenemos al lado.
Me gustaría darte algunos consejos para vivir mejor tu preparación a la Eucaristía y que esta sea de mayor provecho y devoción para ti. Así, por ejemplo, llegar pronto a la Eucaristía, rezar antes de la Misa, confesar previamente si lo necesitamos o llevar leído el Evangelio de la Misa.
En la imagen del pergamino vemos una frase que hay en las sacristía de todos los conventos carmelitas. Es un ruego que hacía Santa Teresa de Ávila a los sacerdotes que iban a celebrar la Eucaristía a su monasterio: "Sacerdote, celebra esta Misa, como si fuera tu primera Misa, tu última Misa, tu única Misa". Con ella introducimos nuestra reflexión sobre el modo de prepararnos para celebrar la Misa.
También quería recordarte que el mismo ayuno eucarístico quiere ser una ayuda para nuestra preparación espiritual. Así es, antiguamente no se podía comer desde la noche anterior y así se celebraba la Eucaristía muy temprano y en ayunas. Recientemente se puso como obligatorio tan sólo respetar el ayuno de una hora antes de la Misa. Es el llamado ayuno eucarístico que aún sigue vigente y que aún mucha gente desconoce: no se puede comer antes de recibir la Eucaristía ni beber refresco o mascar chicles, sino que para recibir al Señor es necesario no haber comido nada antes, al menos en hora antes.
Sin embargo, este gesto del ayuno debe de ir acompañado de nuestra preparación interior. Este ayuno nos recuerda la obligación de disponernos psicológicamente para la celebración de la Misa.
Algunos consejos para nuestra preparación espiritual puede ser llegar con tiempo suficiente al templo. Llegar a última hora o incluso con la Misa empezada es un gran error. Es mejor llegar con tiempo, poder entrar en la iglesia relajado, sin prisas, colocarnos en nuestro sitio, entrar en el templo santiguándonos con el agua bendita, saludando al Señor en el lugar de la reserva o sagrario, rezar un poco en nuestro asiento antes de empezar, de pie o de rodillas.
Que lo primero que hagamos al sentarnos sea rezar, entrar en conversación con Dios y saludarle. A veces vemos que la gente habla sin parar antes de empezar la Eucaristía y no guarda el debido silencio o recogimiento. Para prepararse a celebrar la Eucaristía lo mejor es guardar ese recogimiento y hacer oración. Dejar a un lado las distracciones y esperar pacientemente la salida del sacerdote. Aplica este consejo de Santa Teresa de Jesús, aunque no seas sacerdote.
No olvides confesarte si lo necesitas. Es por ello que si llegamos con anterioridad al templo podremos hacerlo. Mucha gente no ve momento para confesarse. Esto se debe en parte a que van al templo muy justos para la celebración de la Misa. En casi todas las iglesias se confiesa media hora antes de la Misa cuando no durante la misma, pero también podemos acercarnos, si es preciso, a la sacristía y pedirle al sacerdote que nos confiese. Si tenemos por costumbre ir a Misa algún día entre semana o los sábados o los domingos, basta que nos acostumbremos a ir con tiempo para poder confesar de vez en cuando.
Y si quieres preparar aún mejor la celebración de la Eucaristía lee en casa el Evangelio del día, vete a Misa con la lectura leída y meditada o medítala mientras esperas a que salga el sacerdote.
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