INDICE DEL BLOG

El Espíritu Santo es como un maestro interior, como un médico del alma, como un especialista en masajes interiores que sabe poner las cosas en su lugar. Así, las dificultades no te enferman, no te derriban, no te lastiman tanto, porque él derrama una fuerza, un perfume, un bálsamo que te alivia en medio de los problemas. Por eso, nada mejor que pedirle ayuda al Espíritu Santo.
La misma Biblia nos dice que tenemos que suplicar y pedir ayuda: "Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá" (Salmo 55,23).
"No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica" (Filipenses 4,6).
"Si alguien está afligido, que ore" (Santiago 5,13). La súplica es descargar las inquietudes en el Señor, sabiendo que él se ocupa de nosotros cuando se lo permitimos realmente (1 Pedro 5,7).
Detengámonos un momento a pedirle ayuda al Espíritu Santo, a suplicarle por aquellas cosas que nos preocupan en este momento de nuestra vida.
¿Qué son los cinco minutos del Espíritu? En está página encontrarás el origen de esta cadena de oración. Las reflexiones del arzobispo argentino, D. Víctor Manuel Fernández, plasmadas en su libro: "Los cinco minutos del Espíritu Santo". Te invito a participar de ella, y, a compartir el enlace de "Amigos para Ayudar".
Puedes encontrar el libro en Amazon
Comentarios
Publicar un comentario