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Y la presencia interior del Espíritu Santo es una riqueza y un tesoro que los discípulos no podían ni siquiera imaginar; porque es el Espíritu el que derrama la gracia divina en los corazones y hace presente la vida de Jesús en lo íntimo de los creyentes. Pero el cuarto Evangelio describe la obra del Espíritu Santo de un modo extraño; dice que el Espíritu Santo convence a los creyentes _"de un pecado, de una justicia, de una sentencia"_ (Juan 16,8). En definitiva esto significa que el Espíritu saca a luz el error del mundo que no da a Cristo su lugar y que se mueve con falsos valores que no son su mensaje de amor. Y toda la miseria que el mundo trata de ocultar y disfrazar sale a la luz en toda su negrura gracias a la acción del Espíritu en nuestros corazones. Así, el Espíritu Santo evita que nos dejemos engañar.
El Espíritu hace ver el pecado de incredulidad del mundo, y así muestra cómo el camino que ofrece el mundo es ceguera, oscuridad, sin sentido. Hace ver la justicia, porque muestra que la verdadera justicia, la de Dios, está del lado de Cristo y no de las mentiras del mundo; y hace ver también una sentencia, porque Dios ya ha sentenciado a los poderes del mal, ya los ha condenado, aunque aparentemente ellos lleven las de ganar, aunque parezcan victoriosos.
Dejémonos convencer por el Espíritu Santo, porque él tiene la verdad que nos libera de la mentira.
¿Qué son los cinco minutos del Espíritu? Aquí podrás encontrar más información sobre el origen de esta cadena de oración y su autor, el arzobispo argentino D. Víctor Manuel Fernández. Quizá te sorprenda descubrir el libro que ha dado comienzo a esta cadena de oración que está difundiéndose en las redes. Te ánimo a unirte a ella compartiendo el enlace de "Amigos para Ayudar".
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