INDICE DEL BLOG

Te reconozco a ti como dueño, Señor de mi vida. No permitas que pierda la serenidad y la alegría por cosas que no valen tanto. Sólo abandonándome a ti podré sanar mis angustias, sabiendo que nada de este mundo es absoluto.
Señor mío, dame un corazón humilde y libre, que no esté atado a las vanidades, reconocimientos, aplausos. Dame un corazón simple que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a ti la gloria y el honor. Dame ese desprendimiento Espíritu Santo, libérame del orgullo, para que pueda trabajar buscando tu gloria.
Ven Espíritu Santo, para que pueda proclamar a Jesús como único Señor y dueño de todas mis cosas, de todo lo que vivo, de todo lo que soy y de todo mi futuro. Ven Espíritu Santo.
Amén."
¿Qué son los cinco minutos del Espíritu? En está página encontrarás el origen de esta cadena de oración. Las reflexiones del arzobispo argentino, D. Víctor Manuel Fernández, plasmadas en su libro "Los cinco minutos del Espíritu Santo".
Puedes encontrar el libro en Amazon
Comentarios
Publicar un comentario