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Oración a san Ambrosio
Oh glorioso San Ambrosio:
que así como tu palacio estaba siempre abierto para escuchar y asistir a todos los necesitados,
tanto de bienes materiales como de espirituales,
tu intercesión nos ayude y asista
en estos momentos de dificultad por los que pasamos,
y tus oraciones nos sirvan de eficaz amparo y protección
contra los peligros, males y enemigos que nos rodean;
que así también cada uno de nosotros
estemos siempre disponibles para hacer
todo el mayor bien posible a los demás
y sobre todo, que tu ejemplo e inspiración
nos sirva de aliciente para amar y honrar cada día mas a Jesús Nuestro Salvador, nuestro Buen Pastor.
Amén
Y una oración del santo a Jesús:
Señor mío Jesucristo,
me acerco a tu altar
lleno de temor por mis pecados,
pero también lleno de confianza
porque estoy seguro de tu misericordia.
Tengo conciencia de que mis pecados son muchos
y de que no he sabido dominar mi corazón y mi lengua.
Por eso, Señor de bondad y de poder,
con miserias y temores me acerco a Ti,
fuente de misericordia y de perdón;
vengo a refugiarme en Ti,
que has dado la vida por salvarme,
antes de que llegues como juez a pedirme cuentas.
Señor no me da vergüenza
descubrirte a Ti mis llagas.
Me dan miedo mis pecados,
cuyo número y magnitud sólo Tú conoces;
pero confío en tu infinita misericordia.
Señor mío Jesucristo, Rey eterno,
Dios y hombre verdadero, mírame con amor,
pues quisiste hacerte hombre para morir por nosotros.
Escúchame, pues espero en Ti.
Ten compasión de mis pecados y miserias,
tú que eres fuente inagotable de amor.
Te adoro, Señor,
porque diste tu vida en la Cruz
y te ofreciste en ella como Redentor por todos los hombres
y especialmente por mí.
Adoro Señor, la sangre preciosa
que brotó de tus heridas
y ha purificado al mundo de sus pecados.
Mira, Señor, a este pobre pecador,
creado y redimido por Ti.
Me arrepiento de mis pecados
y propongo corregir sus consecuencias.
Purifícame de todas mis maldades
para que pueda recibir menos indignamente
tu sagrada comunión.
Que tu Cuerpo y tu Sangre
me ayuden, Señor, a obtener de Ti
el perdón de mis pecados
y la satisfacción de mis culpas;
me libren de mis malos pensamientos,
renueven en mí los sentimientos santos,
me impulsen a cumplir tu voluntad
y me protejan en todo peligro
de alma y cuerpo.
Amén.
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Padrenuestro, Ave María y Gloria
Vida de san Ambrosio
Ambrosio nació en el año 337 en Tréveris (Alemania) donde su padre regía la prefectura de las Galias y a la muerte de este vuelve con su madre y sus hermanos a Roma. Lo único que se sabe de su infancia es que su hermana Marcelina recibió del papa Liberio el velo de las vírgenes en el año 353 en la Basílica de San Pedro y que Ambrosio ejerció la abogacia en el año 368 en la prefectura de Sermio.
En el año 370 fue nombrado Cónsul de la Liguria y de la Emilia con residencia en Milán. Su prudencia y sabiduría eran rexonocidas por todos. Tanto es así que a la muerte del obispo arriano Auxencio, tras una disputa entre católicos y arrianos para elegir un sucesor, aparece Ambrosio para poner paz y le nombran obispo de Milán por aclamación, teniéndolo que ordenar pues sólo era un catecúmento. Una semana después de ser bautizado recibe la consagración episcopal (era el año 373 ó 374).
Destacó en el estudio de la Biblia y de los padres griegos y en la predicación. Fue un preclaro defensor contra el arrianismo. En la vigilia Pascual del año 387 bautizó al joven san Agustín, que fue cautivado por su oratoria. Debido a su gran sabiduría y aportación a la iglesia de entonces en todos los ámbitos, tan doctrinales como eclesiales y politicos es un de los Padres y Doctores de la Iglesia que sostienen la Cátedra de Pedro en la Basílica Vaticana. Murió en Milán en el año 397.
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