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Oración a san Eloy
Dame, Eloy tu bendición.
Tu que trabajaste el oro
y las más preciosas joyas,
viviendo en la opulencia,
te ordenaste sacerdote y
dedicaste tu amor a los pobres.
Cuando el daño me atormenta
yo te pido tu protección,
cuando mi alma está perdida
yo te pido tu calor.
Eligio bendito y santo,
socorre con tu gran amor,
nuestras necesidades diarias
y danos tu protección.
Mi cuerpo esta doliente,
mi vida está en peligro,
y solo el amor de Aquel a
cuyo lado esté puede ayudarme.
Tu, que antes de morir dijiste:
"No lloren por mi. Felicítenme en vez.
He esperado mucho por esta liberación"
Libéranos en esta vida terrena
de nuestras deudas y agobios,
y no permitas que nos falte
nuestro sustento diario.
Amén.
Vida de san Eloy
Nace en el 588 en Chaptelat, Ducado de Aquitania, de padres galo-romanos. Le ponen por nombre Eligio, que en latín significa "elegido" y que en francés se pronuncia Eloy.
Ya de pequeño aprende el oficio de orfebre y llegado el momento su maestro le aconseja trasladarse a París. Es allí donde conoce al rey Clotario II, el cual le encomienda un trono y le da metales preciosos y piedras preciisas para hacerlo. Con ese material no sólo hace un trono sino dos, y el rey viendo su honradez lo toma como consejero. A su muerte le sucede su hijo Dagoberto I, que le nombra canciller y tesorero del reino.
Por su piedad y caridad es nombrado obispo de Noyon en el 641. Fundó varios monasterios y tuvo especial cuidado de atender a los enfermos y a los esclavos, a los cuales les daba el domingo como día libre y finalmente en el 677 prohibiría la venta de esclavos en su diócesis. Él mismo fabricó diversos relicarios para albergar las reliquias de algunos santos y promovió su culto y veneración.
Muere en el año 660. Su vida la relató su discípulo san Abundio y es considerado patrono de los orfebres, joyeros, plateros, metalúrgicos y numismáticos.
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