Ven Espíritu Santo. Eres llama de fuego que se eleva siempre más alto, que asciende vigorosa hasta los cielos. Ven, no me dejes postrado en la fría miseria, en la mediocre chatura. Ven a elevarme siempre más, para que me entregue en las pequeñeces de cada día con un sentido cada vez más sublime.
Ven Espíritu Santo. Eres rocío suave y constante, que va penetrando lentamente, pero que poco a poco va llegando a lo más profundo, a lo más secreto, a lo más escondido, a cada rincón de mi ser. Ven, y transfórmalo todo, baña, limpia y fecunda con tu agua de vida toda mi existencia, sin dejar nada fuera de tu acción santificadora.
Ven, Espíritu Santo. Eres viento que impulsa, que arrastra con suavidad, pero con firmeza, que lanza hacia el futuro desconocido. Ven, y no permitas que me frustre, anclado en las cosas de siempre, incapaz de avanzar, temeroso ante todo lo nuevo, encerrado en mi comodidad. Te doy permiso, arráncame de mi mundo pequeño, y llévame donde quieras.
"Ven Espíritu Santo, para que aprenda a vivir una vez más. Amén."
Es realmente bello, en este lenguaje simbólico que utilizamos para hablar del Espíritu Santo, dirigirnos a Él como Fuego, como Rocío o como Viento.
Es un modo de hablar que toca nuestro interior y no lo deja indiferente. Infunde calor en el alma y refresca nuestro espíritu. Es la fuerza que tiene la Palabra de Dios, de la cual proceden estas imágenes. Recordemos cómo Juan Bautista decía que el Mesías bautizaría como Espíritu Santo y fuego o cómo en Pentecostés descendió el Espíritu santo como llamas o lenguas de fuego y sintieron un viento impetuoso en la casa. Y así también cómo en Jn 7,37 Jesús dice que el que tenga sed que vaya a Él y beba, refiriéndose al Espíritu Santo que recibirían los que creyeran en Él.
A lo largo de este día, aunque no recuerdes toda la oración como es normal, recuerda al menos esto, y recita esta sencilla oración como una jaculatoria: "Ven Espíritu Santo: Fuego Divino, Rocío suave, viento que impulsa, Ven". Que te acompañen estas imágenes y sean una fuente de oración y de contemplación durante este día. es el consejo que te doy: que lleves en tu corazón estas imágenes del Fuego, el Viento o el Agua para que sean como un alimento espiritual en el día de hoy. Si entras en una iglesia o haces un rato de oración en casa ahí tienes una fuente de inspiración para tu oración. No te hará falta ningún libro, sólo el recuerdo de que el Espíritu Santo es fuego, que da calor, que purifica, que te inspira y sopla para que tu vida flote, para que escuches sus palabras, que es rocío que refresca y da esperanza. Deja que estas palabras inunden tu alma y haz tu rato de oración.
Si te ha ayudado esta reflexión puedes dejar tu comentario más abajo o enviarme un mensaje con sugerencias para nuevos artículos del blog. Espero que te ayuden muchos estas palabras. Ese es el sentido de "Amigos para Ayudar", el servirte de ayuda en tu vida cristiana.
¿Qué son "Los cinco minutos del Espíritu Santo"? Si quieres saber de dónde procede esta cadena de oración al Espíritu Santo, a la que te invito que te unas reenviando el enlace de "Amigos para ayudar" a otras personas, te dejo aquí el artículo donde te lo explico.
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