INDICE DEL BLOG

A los veinte años ingresó en una orden contemplativa que tenía pocas vocaciones y comenzaba a extinguirse. Pero a los veinticinco años Bernardo se fue con un grupo de compañeros a fundar el monasterio de Claraval. La vida cristiana era allí tan intensa y fervorosa, por el atractivo estímulo de Bernardo, que en su monasterio llegaron a vivir quinientos monjes, y desde allí se fundaron numerosos monasterios. Salía a predicar con una fuerza inagotable y siempre volvía rodeado de un grupo de personas convertidas que querían entregarse a Cristo. También participaba activamente de todo lo que pudiera afectar a la Iglesia, porque nada que tuviera que ver con Dios le podía ser ajeno. Se le considera el mayor apóstol del siglo XII. Así, su orden contemplativa, que estaba desapareciendo, volvió a vivir.
En Bernardo se descubre lo que es un hombre grande en manos del Espíritu Santo, cómo se eleva, cómo se llena y se fortalece una vida donde el Espíritu Santo puede entrar sin dificultades y asumir el control. Cuando se renuncia a ser el centro, el dominador, el que todo lo controla, y se le otorga al Espíritu el señorío sobre la propia vida, entonces brota una fecundidad sobrehumana. Cuando uno se libera de la mirada ajena, y renuncia a vivir para el reconocimiento de los demás, se adquiere la verdadera libertad interior. Nadie es más libre y más fecundo que quien le permite al Espíritu Santo tocar y sanar su libertad.
¿Qué son los cinco minutos del Espíritu? Entra y descubre el libro del arzobispo D. Víctor Manuel Fernández que está recorriendo el mundo en una cadena de oración al Espíritu Santo y no dejes de reenviar el enlace de "Amigos para Ayudar" para que llegue a más personas.
Puedes encontrar el libro en Amazon
Comentarios
Publicar un comentario